Esta serie de composiciones, de un minuto de duración cada una, evocan -en palabras del autor- “a artistas, amigos y compañeros de viaje”. Pero el conjunto de dedicatarios de estas miniaturas sonoras no solamente conforma un mosaico biográfico de Iges, sino que -siempre desde lo personal- alcanza a perfilar todo un panorama del arte sonoro nacional e internacional, así como de otras regiones del arte contemporáneo de, al menos, el último medio siglo. Una ambiciosa propuesta, aún en proceso de elaboración (el objetivo es llegar a las sesenta obras, para completar una duración de una hora en total), que constituye uno de los empeños más singulares en el arte sonoro español reciente, y que manifiesta algunas de las líneas maestras en la poética de su autor: “la ironía, la abstracción, el proceso, la elegía, el juego o lo inesperado”.